El próximo 13 de marzo de 2024 se cumplirán 11 años del pontificado de Francisco. Los años no pasan en balde para un obispo de Roma que llegó cargado de energía en 2013 y que ahora se ve obligado a moverse en silla de ruedas o apoyado en un bastón.
Y es que el desafío de la salud es el primer reto que afronta el Papa Francisco, con 87 años de edad, en 2024. Él mismo lo dijo a los periodistas a la vuelta de su viaje a Mongolia.
PAPA FRANCISCO
“Te digo la verdad. Para mí ahora hacer un viaje no es tan fácil como al principio. Tengo dificultades para caminar y esto limita…”
En las últimas semanas los médicos le han aconsejado anular un desplazamiento a Dubai y no hay de momento indicios de algún viaje internacional. Tenía intención de ir a Argentina, aunque el triunfo de Milei, quien muy crítico con el pontífice antes de ser elegido, ha enfriado un poco los ánimos. Y para otros países lejanos, el Papa ya tiene candidato…
PAPA FRANCISCO
“Sobre el viaje a Vietnam, si no voy yo, seguro que irá Juan XXIV. Seguro que se hará”.
Es una broma, una forma de despejar balones para un papa que en 2023 ha tenido que ser hospitalizado en dos ocasiones. Una en marzo por una infección pulmonar y otra en junio por una hernia. Lo que pone de manifiesto ese comentario simpático es que ya empieza a dejar tareas pendientes para un próximo obispo de Roma.
El segundo reto que afronta Francisco este nuevo año tiene origen en Alemania. Allí, el intento de gran parte de los obispos y representantes de los fieles de crear nuevas estructuras de gobierno supone un quebradero de cabeza para el Vaticano. Las indicaciones desde Roma han sido claras. Hace unas semanas, el Papa manifestaba su “preocupación por los numerosos pasos concretos que gran parte de esta iglesia local está dando ahora”.
Es un lenguaje fuerte por parte de un Papa Francisco más propicio al diálogo que al reproche directo. Pero en este caso denuncia que el Camino Sinodal alemán “amenaza con alejarse aún más del camino común de la Iglesia universal”.
El último desafío de este grupo ha sido la creación de una nueva entidad para poner en marcha en 2024 un Comité Sinodal que restaría autoridad a los obispos alemanes. Está por ver cómo puede el papa limitar esta anomalía en la Iglesia universal.
Junto al polémico Sínodo Alemán, está el Sínodo de la Sinodalidad, que celebra su última asamblea en octubre de 2024, en Roma. Se trata del tercer reto clave de este próximo año. Y es que el Papa Francisco será el encargado de avalar o no las conclusiones de este foro.
Entre las cuestiones más debatidas que se comenzaron a tratar en octubre de 2023 están la implicación de la mujer en la jerarquía y organismos de la Iglesia, así como su acceso al ministerio diaconal. También se espera una decisión sobre el acompañamiento a las personas con tendencia homosexual. Al margen de ello, se espera que este foro sirva para fomentar una mayor participación de los laicos en la vida de la Iglesia.
Otra de las patatas calientes que afronta el Papa Francisco en 2024 tiene que ver con los abusos sexuales. El caso del conocido artista y exjesuita Mario Rupnik ha puesto en entredicho la imparcialidad de las autoridades en la gestión de estos casos. A pesar de recibir numerosas denuncias y una excomunión que fue revocada sin conocimiento público, Rupnik siguió con una actividad social que no se interrumpió hasta diciembre de 2022, gracias a una revelación periodística.
A finales de este año, el Papa ha decidido reabrir el proceso, gracias a la insistencia de la Pontificia Comisión para la Protección del Menor. El hecho es que en los próximos meses veremos si el Santo Oficio es capaz de aclarar la responsabilidad del presunto culpable, sino también la de quienes callaron ante las denuncias.
Por último, hay un quinto reto que afronta el Papa Francisco este año. Se trata de la preparación del Jubileo de 2025. Al margen de los grandes eventos y celebraciones hay un objetivo claro para esta fecha. El papa pide más compromiso a los laicos en la Iglesia, que sean más activos en su participación.
PAPA FRANCISCO
“Esta es la misión de cada uno de nosotros: Ser mensajeros creíbles, ser profetas de la palabra de Dios en el mundo”.
No es un papel sencillo, pero sí un objetivo en el que se empeñará durante los próximos meses.
