Así se despedía el papa de distintos líderes religiosos en el encuentro interreligioso de 2013, durante su viaje a Sri Lanka y Filipinas.
FRANCISCO
Nunca se debe permitir que las creencias religiosas sean utilizadas para justificar la violencia y la guerra. Tenemos que exigir a nuestras comunidades, con claridad y sin equívocos, que vivan plenamente los principios de la paz y la convivencia que se encuentran en cada religión, y denunciar los actos de violencia que se cometan.
A pesar de que más del 70% de la población de Filipinas es católica, aún se encuentran expuestos a ataques del Estado Islámico, como el que sucedió este 3 de diciembre.
La comunidad católica de Marawi sufrió un atentado. Una bomba explotó en el gimnasio de la Universidad Estatal de Mindanao donde se estaba celebrando misa. Dejó al menos 4 muertos y decenas de heridos. El Estado Islámico se adjudicó el atentado en un comunicado en Telegram.
El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos, condenó el ataque y lo llamó un “acto atroz perpetrado por terroristas extranjeros”. Añadió que “los extremistas que ejercen la violencia contra los inocentes siempre serán considerados enemigos de la sociedad”.
El Vaticano se unió a las voces que piden por la paz en Filipinas. En un comunicado, el Secretario de Estado Pietro Parolin expresó el dolor del papa ante el sufrimiento de las víctimas.
PA