En el día del funeral de Indi Gregory, dos semanas después de su muerte, el papa Francisco envió un telegrama al obispo de Nottingham, Inglaterra.
En él, el expresa sus condolencias y su solidaridad espiritual con los padres.
Indi era una niña de ocho meses que luchaba contra una enfermedad rara. Los tribunales ingleses rechazaron las peticiones de sus padres de mantenerla con vida. Estos miraron si se podía trasladarla al hospital Bambino Gesù del Vaticano. Italia incluso le concedió la nacionalidad italiana para facilitar los trámites.
Sin embargo la justicia inglesa decidió que debían desenchufar a la pequeña de los aparatos que la mantenían con vida y esta falleció dos días después.
El gobierno de Italia se ofreció a pagar el funeral. Hasta una delegación viajó hasta allí.
JRB