Diciembre será un mes decisivo para el cardenal Becciu. Se espera que la sentencia se emita antes del día 16.
Él es uno de los acusados de llevar a cabo una operación inmobiliaria en Londres que hizo perder a la Santa Sede millones de euros entre los pagos a intermediarios y la operación de compra y venta de un edificio situado en Sloan Avenue. El Vaticano no ha dado las cifras exactas, pero se calcula que solo la operación de compraventa podría haber generado 140 millones de pérdidas.
Becciu estaba involucrado en esa operación como sustituto de la Secretaría de Estado. El fiscal ha pedido 7 años y 3 meses de cárcel para él. También una multa de 10.329€, que se le confisquen 14 millones de euros como resarcimiento y que se le prohíba de modo perpetuo la posibilidad de ejercer cargos públicos en el Vaticano.
Se le acusa de malversación de fondos, abuso de oficio y presiones contra uno de los principales testigos, hechos que el cardenal niega rotundamente.
Es la primera vez en la historia que un tribunal civil compuesto por laicos juzga a un cardenal en el territorio del Vaticano. Aunque, por otro lado, el papa ya ha ido tomando decisiones con respecto a Becciu. Le ha privado de sus derechos como purpurado entre los que está, por ejemplo, la posibilidad de participar en un cónclave.
JRB