Mientras caían los últimos rayos de sol en Roma, el papa se dirigía al sureste de la ciudad, al barrio periférico de Villa Verde. Así llegaba en coche a esta parroquia, donde lo esperaban 35 sacerdotes, a los que saludó personalmente desde su silla de ruedas.
-Él es el párroco, D. Massimiliano, de Santa María de la Hospitalidad, y aquí están los otros sacerdotes.
-Saludemos uno a uno.
Últimamente el papa está haciendo varias escapadas a las periferias de Roma para reunirse con los sacerdotes de su diócesis.
Francisco escuchó sus preguntas y respondió a cada una de ellas. Tras una hora de encuentro, se despidió, no sin antes impartir alguna bendición.
Ya de noche, Francisco se acercó a un centro de la parroquia que acoge a personas desfavorecidas, desahuciadas o que han huido de sus países.
El papa saludó a todas las familias. Una de ellas, por ejemplo, era un padre con sus dos hijos, refugiados de la guerra en Ucrania.
Llegó junto con su esposa de Ucrania hace dos meses.
La última vez que el papa salió del Vaticano para visitar a sus sacerdotes fue el 29 de septiembre, cuando estuvo en la parroquia de Santa María de la Salud, en Primavalle, al noroeste de Roma.
CA