Al cruzar el río Tíber por el puente Palatino, se llega a una iglesia, que tiene la campana más pequeña y antigua de Roma. Pero no solo eso, también fue la casa de San Benito de Nursia, patrón de Europa.
P. INACIO ALMEIDA
Rector, Iglesia de San Benedetto in Piscinula
Aquí, donde está construida esta iglesia, estaban las ruinas de la casa de la familia Anicia, de la que era descendiente San Benito; una familia noble. De hecho, hay tres papas que pertenecieron a ella; incluso un emperador romano. Esta iglesia se levantó justo donde vivió durante cinco años San Benito, el santo patrón de Europa y, digamos, patriarca del monacato cristiano occidental.
Uno de los papas pertenecientes a esta familia romana era San Gregorio Magno, al que hacían referencia como “biógrafo” de San Benito pontífices como Juan Pablo II o Benedicto XVI.
BENEDICTO XVI
La fuente más importante para conocer su biografía es el segundo libro de los 'Diálogos', escrito por San Gregorio Magno y, en él, se presenta a San Benito como “astro luminoso” frente a la crisis de valores e instituciones que se vivía en su tiempo.
En la entrada de la iglesia, se encuentra una pequeña capilla, que tiene uno de los muros originales de la casa en la que vivió San Benito.
P. INACIO ALMEIDA
Rector, Iglesia de San Benedetto in Piscinula
Y, aquí mismo, San Benito se convirtió. Desde este lugar, se fue a Subiaco, donde fundó los benedictinos. Así, en los siglos VI y VII se comenzó a tener devoción a este lugar, que era la casa de San Benito. Por eso, se construyó primero una capilla y, después, esta iglesia, que pertenece aproximadamente al siglo IX. Una iglesia que está construida con restos de otras iglesias. Se puede ver en las columnas, que son del siglo IV de otros templos sagrados de aquella época.
San Benedetto in Piscinula tiene también una de las representaciones más antiguas de este santo, en la que aparece con el hábito de un monje oriental.
P. INACIO ALMEIDA
Rector, Iglesia de San Benedetto in Piscinula
Como se puede ver, su hábito no es negro. Se aprecia que el color se acerca a un marrón claro, como los monjes orientales. También se observa que el báculo en forma de T y su capucha tienen un formato oriental.
Esta iglesia estuvo custodiada por los benedictinos y, después, por las monjas carmelitas. Ahora, la llevan los Heraldos del Evangelio, la primera asociación de fieles de derecho pontificio, establecida por la Santa Sede en 2001. Tienen una gran devoción a San Benito ya que, su primera casa en Brasil se dedicó al santo patrón de Europa.
CA