El Sínodo sobre la Sinodalidad ha marcado un hito sin precedentes. Por primera vez, de las 85 mujeres que participan en la asamblea, 54 pudieron no solo tener voz, sino también voto al mismo nivel que los cardenales u obispos.
MARÍA LUISA BERZOSA
Consultora de la Secretaría del Sínodo
En el Sínodo, nadie está en su función. No es el cardenal “de” ni el obispo “de”. Están fuera de su lugar y estamos todos en el mismo plano. Y esta vez se ha marcado mucho con las mesas redondas. En otros sínodos, había escalones. Entonces, de cardenales hacia los laicos. Ahora no, estamos en el mismo plano.
Además, dos de ellas asumen puestos de responsabilidad como presidentas delegadas junto a otros siete hombres. Son María Dolores Palencia, la monja mexicana que acompaña a los migrantes, y la consagrada japonesa Momoko Nishimura, misionera y traductora de la encíclica 'Fratelli Tutti' al Japonés.
Las 54 mujeres que votan en el Sínodo han sido elegidas mediante dos vías: por nominación pontificia, es decir, designadas directamente por el papa; o como miembros de las asambleas continentales.
Por designación directa de Francisco, hay 52 participantes. Seis son mujeres, entre las que se encuentran cinco monjas. Una de ellas es Xiskya Valladares, conocida por ser una de las impulsoras de la evangelización a través de las redes sociales. Una “misionera digital” en el mundo de Instagram o TikTok.
SOR XISKYA VALLADARES
Misionera digital
Si muchos de los misioneros llevan mucho tiempo evangelizando en las redes, lo han hecho por iniciativa personal; muy pocos con un apoyo institucional, con escasos recursos, pero para este proyecto de escucha había que juntarnos y crear espacios, es decir, una red entre los misioneros que nos permitiera encontrarnos y discernir juntos.
La única laica que se cuela en esta lista, elegida por el papa, es la teóloga Cristina Inogés. La española ha subrayado en varias ocasiones las dificultades a las que se han tenido que enfrentar muchas mujeres dentro de la Iglesia, empezando por ella misma.
CRISTINA INOGÉS
Teóloga
Yo soy una mujer católica por decisión, por un discernimiento, pero tuve que estudiar en una facultad protestante porque mi obispo no me quiso firmar el permiso para que estudiara en mi diócesis. Mi obispo falleció, recé por él, pero a mí siempre me quedó la espinita, que era mi primera experiencia de que, por ser mujer, a mí, mi iglesia, además, mi iglesia, mi iglesia local, me rechazaba. Es verdad que eso en algunos sitios se va superando, en España ya pueden estudiar las mujeres, pero no hace tanto que eso sucedió. Entonces, eso marca.
La formación es un asunto clave que demandan muchas de las mujeres que participan en el Sínodo. Una de ellas es María Luisa Berzosa, que no tiene voto en la asamblea, puesto que su labor está centrada en coordinar las mesas redondas.
MARÍA LUISA BERZOSA
Consultora de la Secretaría del Sínodo
A veces, se nos proponen cosas y decimos: “No estoy preparada. Yo no sirvo. Yo no valgo”. Prepárate. O sea, no puedes decir… Entonces, a veces yo me enfado también porque digo: “Demos un paso adelante, no demos un paso atrás”. Tenemos oportunidades. Que es verdad que hay que abrir mucho más camino. Sin duda.
Por otro lado, prácticamente el resto de las mujeres que participan en el Sínodo han sido elegidas como miembros de las asambleas continentales. De cada continente, se elige a diez miembros que no pertenecen al episcopado. De ellos, seis de cada diez son mujeres.
En cuanto a los perfiles, la gran mayoría son teólogas, aunque también hay docentes o mujeres que trabajan en una conferencia episcopal. Entre ellas, hay laicas con puestos de responsabilidad, como la boliviana Erika Aldunate.
ERIKA ALDUNATE LOZA
Directora, Centro Promoción Laicado CEPROLAI
El papa Francisco habla mucho de la corresponsabilidad laical. Entonces, yo soy laica, soy religiosa y mujer. Alguien que ha sentido la vocación para estudiar teología, conocer, profundizar las cosas de Dios.
En la asamblea sinodal se pueden encontrar perfiles llamativos. De Europa, provienen una mujer ucraniana y otra rusa. También hay una monja que es médico en un centro de salud en Bagdad, Irak, o varias mujeres dedicadas a la pastoral social con los más necesitados.
SONIA GOMES DE OLIVEIRA
Presidenta, Consejo Nacional Laicos Brasileños
Existen muchos lugares de dolor, de sufrimiento, donde la presencia de la Iglesia es importante, y a menudo no tenemos tantos sacerdotes y obispos, laicos, religiosas dispuestos, muchos porque no conocen la riqueza de bajar o salir a las periferias, otros porque no creen que el papel de la Iglesia estar allí. Es urgente formar laicas, diáconos, religiosas, sacerdotes, obispos para que estén ahí, viviendo y testimoniando el ser Iglesia. Pertenecer a la Iglesia de Jesús significa asumir el camino que él tomó.
En este Sínodo, además, participan madres de familia, como Renée Kohler-Ryan, teóloga con cinco hijos y con una opinión clara sobre uno de los temas que más ha sonado en este Sínodo: el sacerdocio femenino.
RENÉE KÖHLER-RYAN
Teóloga
Como mujer no vivo nada centrada en el hecho de no ser sacerdote. Creo que se pone demasiado énfasis en esta cuestión y lo que ocurre cuando ponemos demasiado énfasis en esta cuestión es que nos olvidamos de lo que las mujeres en su mayoría necesitan en todo el mundo.
Nunca hasta la fecha se habían incorporado mujeres en el Sínodo de Obispos de esta manera. Se trata de una decisión personal del papa, quien a lo largo de sus 10 años de pontificado, ha aumentado exponencialmente el número de mujeres en puestos de responsabilidad en el Vaticano.
CA