El jesuita Ángel Sixto Rossi conoce a Francisco desde que tenía 18 años. Recuerda que durante los años de la dictadura argentina el ahora pontífice ayudó a muchas personas en necesidad. Gente que sufría la persecución.
CARD. ÁNGEL SIXTO ROSSI
Arzobispo de Córdoba
La situación de Argentina había cierto desconocimiento pero nos dábamos cuenta de que ayudaba a gente en situaciones difíciles. También ayudó a gente a salir de China, de la China comunista. En fin, en eso ha sido de una valentía y una delicadeza realmente heroica.
Ángel Sixto señala que el papa ya por aquel entonces había desarrollado mucho una sensibilidad particular para con los más necesitados.
El propio cardenal recuerda que era seminarista durante la etapa en la que el papa era rector. Una vez, mientras estaban haciendo los ejercicios espirituales, Bergoglio lo llamó para hablar con él.
CARD. ÁNGEL SIXTO ROSSI
Arzobispo de Córdoba
Y me dice: ¿cómo te va? Bien. ¿Estás comiendo bien? Sí, le digo. ¿Dormís bien? ¿Estás cómodo? Me llamaba la atención el tipo de pregunta. Y dice: vete a la puerta del seminario. Allí hay una señora con cinco hijos que está en la calle. Vete, deja el retiro, consíguele casa y cuando esa mujer tenga casa vuelve al retiro. Así que por supuesto que allá fui. Y por supuesto lo conseguí pero más pensando en mí que en ella por volver pronto a casa. Ese es Bergoglio.
Aunque son muchas otras las anécdotas que el cardenal guarda en su memoria de aquellos años.
CARD. ÁNGEL SIXTO ROSSI
Arzobispo de Córdoba
Volvía yo del barrio una vez. Invierno, frío, lluvia. Los barrios a esa hora, barrios muy sencillos. Seis de la tarde. Invierno y lluvia nadie aparecía en el día después. Entonces digo: ¿qué hago acá? Me vuelvo al seminario. Vuelvo. Nosotros teníamos la cena a las nueve. Llego a las ocho y cuarto. Estaba él en la puerta. El barrio a donde íbamos estaba a unas 10 cuadras detrás del seminario. Se cruza conmigo y me dice: ocho y cuarto. ¿Pero no tenías que venir a la cena a las nueve? Sí, pero… Y me dice: has robado 45 minutos de servicio a tu pueblo. Vuelve al barrio. Por supuesto fui y tuve que volver.
No te olvidas más. Te marca para toda la vida. En el buen sentido ¿no? Puede parecer duro pero no. Está en función del servicio al pueblo de Dios.
Y tanto que no se olvidará. Una de las principales obras promovidas por el cardenal Sixto Rossi es la Fundación Manos Abiertas, que ofrece ayuda a personas necesitadas en varias ciudades de Argentina.
JRB