El papa inició la mañana de la audiencia general tomando este mate argentino, durante su recorrido en la plaza de San Pedro.
Así dio paso a su última audiencia general del mes de septiembre. Durante su discurso, recordó su reciente viaje a Marsella, con motivo de los “Encuentros Mediterráneos”, donde la crisis migratoria y la trata de personas estuvieron muy presentes.
FRANCISCO
El Mediterráneo, lo sabemos, es una cuna de civilización, y una cuna es para la vida. No es tolerable que se convierta en una tumba, ni en un lugar de conflicto.
El papa pidió que el Mediterráneo recupere su vocación de punto de unión entre distintas culturas, como lo fue hace siglos, cuando era un “mosaico de esperanza”. De hecho, recordó que el Evangelio se propagó a través del mar.
Durante su saludo a los peregrinos de República Checa, agradeció especialmente al coro de jóvenes de Ondášek, quienes cantaron durante la audiencia.
PA
