Francisco pondrá mañana rumbo a Marsella, una de las principales ciudades costeras del sur de Francia. Esta visita sigue una de las premisas que el pontífice marcó desde el comienzo de su pontificado: viajar a países de periferia donde los cristianos son minoría o ir a ciudades concretas para participar en un determinado evento. Esto significa que no se trata de un viaje apostólico a Francia, como tampoco lo fue cuando estuvo en Estrasburgo en 2014 para visitar el Parlamento Europeo y el Consejo de Europa.
FRANCISCO
Fui a Estrasburgo. Iré a Marsella, pero a Francia no. Existe un problema que me preocupa, que es el problema del Mediterráneo. Por esto, voy a Francia. Es criminal la explotación de los migrantes.
Francisco sigue de cerca la situación de los migrantes en Europa. Este tema estará muy presente en un viaje que coincide, además, con una de las olas migratorias más grandes vividas en Europa en los últimos años. Una semana antes del viaje llegaron a Italia casi 12.000 personas procedentes de África.
El sábado, Francisco estará presente en la sesión final de la III edición de los 'Encuentros Mediterráneos', donde participarán unos 70 obispos católicos y jóvenes de todos los credos. Entre los temas que se tratarán, se encuentran la migración, la pobreza, los conflictos o las cuestiones medioambientales.
Un día antes, el viernes, el papa participará en una oración conjunta con otros líderes religiosos cerca de un memorial dedicado a los marineros y a los migrantes perdidos en el mar.
Por tanto, este viaje será una continuación de los llamamientos que ha realizado Francisco a lo largo de su pontificado en favor de la acogida de los migrantes. Todo ello teniendo como telón de fondo la grave crisis migratoria que está viviendo Europa.
Francisco, antes de marcharse de Marsella, celebrará una misa a la que acudirá, además, el presidente de Francia, con el que se reunirá horas antes.
EMMANUEL MACRON
Presidente de la República de Francia
Cuando en Francia recibimos a un jefe de Estado, el papa, que viene a celebrar una misa en el estadio Velódromo, considero que es mi sitio. No voy como católico; voy como presidente de la República francesa, que es efectivamente laica. Iré por respeto y cortesía, y tendré mi lugar allí, como de hecho han podido ir muchos de mis predecesores. Yo mismo no practicaré mi religión en esta misa. Y eso me ocurre a mí. A veces voy a eventos religiosos, sea cual sea la religión, por acontecimientos dolorosos o más felices.
Con este “viaje exprés”, Francisco hará su segundo visita a una ciudad francesa y se convertirá en el primer papa en viajar Marsella en cinco siglos.
CA
