Hakuna es una familia eucarística. Así se lo dijo el papa Francisco al iniciador del movimiento, el sacerdote José Pedro Manglano en 2017. Ese mismo año se oficializó esta realidad eclesial, nacida en España, aunque se puso en marcha mucho antes: en 2013, en la JMJ de Río de Janeiro.
P. JOSÉ PEDRO MANGLANO
Sacerdote iniciador de HAKUNA
Son como grupos, pequeñas comunidades cristianas que viven, y así definimos a veces el carisma: “Vivir la alegría de seguir a Cristo”.
En esta vida de Hakuna, tienen un protagonismo nuclear, podríamos decir fontal, como que es fuente, los encuentros eucarísticos, que se expresan en la Eucaristía, en la misa, y que se expresan de un modo muy concreto en las adoraciones, que llamamos horas santas.
Uno de los ejes centrales del carisma de Hakuna son las horas santas, que congregan cada semana a cientos de jóvenes, sobre todo, universitarios, en distintas ciudades del mundo. Consisten en una charla impartida por un sacerdote o un invitado y, después, un rato de adoración.
En cuanto a cómo se constituyen, oficialmente son una Asociación Privada de Fieles, aprobada en la Diócesis de Madrid, aunque con presencia en 30 países entre Europa, Asia y América. Con este estatus jurídico, Manglano explica cómo entra Hakuna en las parroquias.
P. JOSÉ PEDRO MANGLANO
Sacerdote iniciador de HAKUNA
Nosotros entendemos que un carisma es un carisma y una parroquia es una parroquia, pero que estamos al servicio unos de otros y otros de unos. Nosotros las adoraciones, las horas santas, los grupos se reúnen para rezar en algún templo, habitualmente son parroquias, y en esos entornos nos ponemos a disposición del párroco para lo que haga falta, para ayudarle en las cosas que, de acuerdo al carisma, pero que son necesidades o deseos del párroco. Y, por otro lado, no empezamos en ningún país sin haber hablado antes con el obispo.
En cuanto a la relación de Hakuna con otras realidades u órdenes religiosas, Manglano señala que es imprescindible que exista un ecumenismo intraeclesial, es decir, fomentar la unión entre los que conforman la Iglesia. Pero esto no quiere decir que deba existir un entendimiento por parte de todos del carisma de cada uno.
P. JOSÉ PEDRO MANGLANO
Sacerdote iniciador de HAKUNA
Qué más da si yo tengo un carisma u otro, pues seguramente no entenderé más que el mío porque, realmente, un carisma no es una noción intelectual, sino que el alma que vibra con un don del Espíritu. Entonces, no hace falta entendernos. Lo que sí hace falta es querernos y decir: “Tengo algo pendiente porque todavía no sé apreciar la riqueza de lo que el Espíritu Santo ha querido decir con este otro carisma, pero no me pongo de juez del carisma del de enfrente, sino que pido a Dios que me dé la sensibilidad para aprender lo que él ha querido dar a la Iglesia a través de ese otro carisma”.
Uno de los pilares del movimiento, aunque no se incluye en los estatutos, es la banda Hakuna Group Music. Sus temas han llegado incluso a las casi seis millones de escuchas en Spotify. Para Manglano, son una de las bases fundamentales y vértebra del carisma, no un adorno.
P. JOSÉ PEDRO MANGLANO
Sacerdote iniciador de HAKUNA
Lo importante no es querer hacer una canción, sino que lo importante es contar al mundo algo o querer cantar al mundo algo, pero tiene que haber un algo previo, una experiencia, una vida, una oración.
Y dentro de los estatutos no figura, pero dentro del libro de carisma -ha salido un libro en el que recoge el carisma de Hakuna- una parte importante de la espiritualidad es la música. La música como un modo de rezar y también de conformar el alma.
Actualmente Hakuna es una realidad en expansión. Es una de las pocos movimientos católicos que está consiguiendo atraer a la gente joven en países secularizados como España, donde la práctica religiosa se está reduciendo.
CA