Hace 10 años, por primera vez en la historia, un hombre asesinado por la mafia italiana fue beatificado. Se llamaba Pino Puglisi y trabajaba en los barrios dominados por la mafia en Palermo. Fue asesinado en 1993, pero su labor continúa en el centro que fundó.
MAURIZIO ARTALE
Presidente, Centro de Acogida Padre Nuestro
Técnicamente el padre Puglisi no llegó a construir nada. No construyó una guardería, no reconstruyó una plaza, no hizo un centro contra la violencia, no hizo un centro para oger menores, u otro para ancianos. Todas estas cosas surgieron tras su asesinato. Gracias a su sacrificio, el centro que fundó pudo conseguir todas estas cosas.
Aunque hizo más que eso. Dio esperanza a la gente de Brancaccio diciéndoles: cuidado, todos tenéis una oportunidad porque Dios acepta a todos.
El padre Puglisi fue conocido por denunciar a la mafia. Animaba a sus feligreses a no dejarse dominar por ella. Pero también evitó involucrarse con la mafia, negándose a aceptar sus donaciones para la reconstrucción de la iglesia parroquial.
En 2018, durante una visita a Palermo, el Papa Francisco celebró una misa en honor del 25 aniversario de la muerte de Puglisi. Alabó su figura ante a todos los presentes por el testimonio que el sacerdote italiano dio en su vida cotidiana.
FRANCISCO
17 de septiembre de 2018
No se puede creer en Dios y ser mafiosos. Quien es mafioso no vive como un cristiano, porque blasfema con la vida el nombre de Dios-amor. FLASH
Por eso a los mafiosos les digo: '¡Cambiad, hermanos y hermanas! Parad de pensar en vosotros mismos y en vuestro dinero'.
Con motivo del 30 aniversario de su muerte, el papa ha enviado este año una carta a la archidiócesis de Palermo. En ella, recuerda las palabras del padre Puglisi: "Si cada uno de nosotros hace algo, podemos hacer mucho".
MAURIZIO ARTALE
Presidente, Centro de Acogida Padre Nuestro
Ha llegado el momento, para aquellos que no lo han hecho antes, de seguir los pasos del padre Puglisi. Así que nada de cháchara. El papa retoma esa frase del padre Puglisi citando una canción. Porque si no hacemos como Puglisi, nuestras palabras solo serán eso: palabras, palabras, palabras.
El padre Puglisi era perfectamente consciente del riesgo que corría. Tanto es así que al ver a su asesino lo recibió con una sonrisa y le dijo: “Me lo esperaba”. Su proceso de canonización sigue en marcha, por lo que en el futuro podría ser declarado santo.
KG
TR: PA
