Francisco advirtió contra la tentación de acusar. Dijo que ese es el rol del diablo, no de los hombres y menos aún de los cristianos.
FRANCISCO
No hay necesidad de cristianos que apuntan con el dedo sino de personas que den un testimonio apasionado, que irradien el Evangelio en la vida y a través de la vida.
Estas palabras las pronunció ante los participantes al Congreso Mundial de los Oblatos Benedictinos.
JRB