Francisco sigue de cerca y con mucha preocupación las recientes catástrofes ocurridas en Libia y Marruecos.
FRANCISCO
Os invito a uniros a mi oración por cuantos perdieron la vida, por sus familiares, por los desplazados. Que no falte nuestra solidaridad hacia esos hermanos y hermanas que están sufriendo tanto a causa de esta calamidad.
Mi pensamiento va al noble pueblo marroquí que sufrió estos movimientos de tierra, estos terremotos. Recemos por Marruecos, recemos por sus habitantes. Que el Señor les dé la fuerza de reponerse tras este terrible suceso.
Durante la audiencia, en la que volvió a reflexionar sobre personajes ejemplares que evangelizaron, recordó al beato médico venezolano José Gregorio Hernández. Era una persona comprometida con la ayuda a los más desfavorecidos y, de hecho, así falleció.
FRANCISCO
Aquella mañana, como de costumbre, había ido a misa. Después cruzó la calle para llevar una medicina a un enfermo. Pero, mientras atravesaba la calle, fue atropellado por un vehículo; fue trasladado al hospital y murió pronunciando el nombre de Nuestra Señora. Así terminó su viaje terrenal, en una carretera mientras realizaba una obra de misericordia, y en un hospital, donde había realizado de su trabajo, una obra maestra como médico.
Las audiencias desde hace pocas semanas se realizan en la plaza de San Pedro y la presencia de los peregrinos venidos de todo el mundo le da un toque de color al Vaticano.
PA/JRB
