Antes de presidir el viacrucis en la JMJ de Lisboa, Francisco dedicó bastante tiempo a saludar desde el papamóvil al más de medio millón de jóvenes que lo estaban esperando. Uno de ellos fue Agustín Paz, un joven argentino que le dio a Francisco una estampa muy especial y con el que compartió un mate.
AGUSTÍN PAZ NAÓN
Peregrino argentino en la JMJ
Lo primero que me dice cuando le di el mate, me dice: “Che, casi te agarran los guardias”. Y yo le digo: “Sí, me hiciste zafar igual. Ya me queda para anécdota”. Ahí le doy la estampita de mamá”.
Después, me dijo: “Muchas gracias por el mate. Muy bueno. Le conté que era de mi mamá, de hace 20 años.
Ella le llevó los hijos al papa y, después, yo en la JMJ le llevé a mamá.
La madre de Agustín, María Rosario Naón, pudo estar años atrás con el papa, al que le habló de sus hijos. En septiembre del año pasado, falleció de cáncer con fama de santidad. Su hijo encontró en cada momento vivido en Lisboa el refugio de su madre.
AGUSTÍN PAZ
Peregrino argentino en la JMJ
Ella tenía muchas ganas de que yo fuera. Y, bueno, a ella le gustaba mucho la visitación de María y cuando el tema de la JMJ se trató sobre eso, nada, me dieron muchas ganas de ir y terminé yendo.
Yo fui allá por ella. Entonces, nada, cada cosita que pasaba, cada misa, cada adoración, o cada, no sé, estar allá. El hecho de estar ahí como que todo el tiempo estaba acordándome de ella.
En varios discursos, Francisco hizo referencia a la escena de la visitación de María a su prima santa Isabel.
FRANCISCO
El servicio que hizo la Virgen María, que «se levantó y partió sin demora» a servir a su prima Isabel, sintiendo la urgencia de compartir la alegría en el servicio. Compartir la alegría y el servicio, la alegría en el servicio.
Y eso mismo fue lo que hizo su madre: servir a los demás. Quería construir un colegio en una zona humilde de Argentina. Ahora, este proyecto lo está llevando a cabo su familia.
CA/SA
