Esta universidad fue fundada por los jesuitas hace 63 años en Nicaragua. Pero para las autoridades judiciales del país en realidad es literalmente “un centro de terrorismo”. Por eso se ha ordenado la incautación del dinero de la entidad así como de sus bienes muebles e inmuebles.
Los jesuitas han reaccionado con un duro comunicado en el que responsabilizan al gobierno de la decisión. Niegan las acusaciones y dicen que es una medida “drástica, inesperada e injusta”. Por eso piden que “cese la creciente agresión gubernamental”.
La creciente presión del gobierno sobre instituciones de la Iglesia no cesa. En 2022 se expulsó al nuncio del Vaticano, también a la congregación de Madre Teresa y se llevó a la cárcel al obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez. Y eso por no citar a las decenas de entidades caritativas a las que el gobierno ha asfixiado desde el punto de vista económico, impidiéndoles recibir financiación del extranjero.
JRB