Aunque en la agenda oficial del papa no figuraba este encuentro, Francisco quiso sacar un hueco para reunirse con un grupo de 15 jóvenes ucranianos, que peregrinaron a la JMJ de Lisboa.
Una joven le entregó al papa una carta escrita a mano y en español, en la que le habla de su padre, un abogado que tuvo que dejar a su familia para ir a luchar a la guerra.
La joven se emocionó mientras veía al papa leerla. En ella, le pedía oraciones para su padre y para Ucrania.
Pero esto no fue lo único que recibió Francisco. Minutos antes el grupo regaló al pontífice un pan típico ucraniano que compartieron todos los que estaban en la sala.
Los jóvenes iban acompañados por Denys Kolada, el consultor para el Diálogo con las Organizaciones Religiosas del gobierno ucraniano.
Denys le entregó al papa un ramo de trigo, uno de los grandes símbolos del país y le agradeció a Francisco que hablase de la crisis del grano en Ucrania en el último Ángelus antes de viajar a Lisboa.
Desde nuestras tierras, queríamos dárselo a Su Santidad, con gratitud por haber hablado (de Ucrania) hace unos días porque, efectivamente, existe el temor de que muramos no solo por las bombas, sino también de hambre.
Por último, a Francisco le grabaron un vídeo impartiendo la bendición a todos los jóvenes ucranianos.
CA