Francisco visitó la sede de Scholas Occurrentes en Lisboa, donde se promueven actividades con gente joven. El presidente portugués también lo acompañó.
Esta realidad está formada por chicos y chicas de distintas culturas pero con una cosa en común: se sienten en crisis. De hecho preguntaron al papa cómo afrontar esos momentos de dificultad en la vida.
FRANCISCO
Una vida sin crisis es como el agua destilada no tiene sabor a nada. No sirve para nada. Sino para guardarla en el ropero y cerrarla fuerte. Las crisis hay que asumirlas y resolverlas porque quedarse en la crisis tampoco es bueno porque es un suicidio continuo.
Los jóvenes de Scholas pintaron el mural comunitario más grande del mundo: mide más de 3 kilómetros. Francisco también dejó su contribución.
Y antes de irse les dejó un regalo. Un cuadro con la escena del buen samaritano. En él se ve a todos los personajes que salen en la parábola. El papa recomendó a los presentes que piensen con qué personaje se identifican. Les animó a seguir el ejemplo del buen samaritano por este motivo:
FRANCISCO
A veces en la vida hay que ensuciarse las manos para no ensuciar el corazón.
Al terminar Francisco salió de la sede para bendecir un olivo, símbolo de la paz, que es el icono escogido por Scholas para representarse.
Scholas es el proyecto educativo que el propio papa ha promovido desde su elección. La iniciativa promueve el compromiso de los jóvenes por resolver los problemas de sus ciudades y el contacto entre estudiantes de distintas culturas, países y religiones.
JRB