Hermana Clare y la JMJ: el testimonio de su conversión

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27/07/2023
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Son centenares de miles de personas las que vienen de todo el mundo para participar en una Jornada Mundial de la Juventud. En Río, de Janeiro, por ejemplo, participaron más de 2 millones.

Desde luego, lo que atrae a todos es esta figura. El papa, sucesor de san Pedro. Aquí se le puede ver de cerca, sentirlo cerca.

Y sobre todo es una oportunidad para escuchar lo que pide a los jóvenes católicos.

FRANCISCO
Pero quiero lío en las diócesis, quiero que se salga fuera.

Para el papa, en cambio, estas Jornadas Mundiales son una oportunidad para convencer a los jóvenes a no bajarse de la barca de la Iglesia.

FRANCISCO
Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo. ¡Algo más grande que la Copa del Mundo! Jesús nos ofrece la posibilidad de una vida fecunda.

Pero no solo eso. Las Jornadas Mundiales de la Juventud también sirven para que los propios jóvenes intercambien experiencias de fe entre sí. 

Una de las que más impactó fue el de una joven religiosa, Clare Crockett en el año 2011 en Madrid.

CLARE CROCKETT
Y cuando tenía ya 17 años yo tenía un problema con el alcohol y un problema bastante gordo.

Esta religiosa entró en la congregación de las Siervas del Hogar de la Madre después de vivir una experiencia espiritual muy fuerte que compartió ante el resto de jóvenes presentes. Contó cómo su vida cambió durante una Semana Santa, cuando se puso en una fila para besar una cruz.

CLARE CROCKETT
Y no me acuerdo si me arrodillé o si hice la genuflexión. Solo me acuerdo el besar los pies del Señor en la cruz y yo sentí dentro de mí en ese momento como una bofetada muy fuerte dentro de mí y que Dios me mostraba que era Él el que estaba en la Cruz y que la única forma que yo podía consolarlo era con mi vida.

Tras esa experiencia espiritual se hizo religiosa y fue enviada como misionera a Ecuador. Allí falleció en 2016 a causa de un devastador terremoto.

Aunque esta no es la única historia que se puede conocer en las jornadas mundiales. En Panamá, la última que se organizó hasta la fecha, también se pudo escuchar el testimonio de jóvenes que narran cómo la fe les ayudó a superar momentos difíciles. Como este joven que cayó en la drogadicción. Estas le llevaron a la cárcel y solo gracias a una fundación católica consiguió retomar las riendas de su vida.

Me enseñaron a confiar en Dios y a través de Él, a confiar en los demás.

Historias como la de este joven o de la hermana Clare, hacen de las Jornadas Mundiales de la Juventud una ocasión para reavivar la fe entre las nuevas generaciones de católicos, puesto que allí encuentran el apoyo de otros jóvenes y la inspiración del pontífice.

JRB/PA

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