El día de la festividad de la Virgen del Carmen, el papa saludó a los peregrinos desde la ventana del Palacio Apostólico durante el rezo del Ángelus.
Ese día marcaba el aniversario de un episodio de violencia en Roma. Durante la Segunda Guerra Mundial, los Aliados bombardearon algunos barrios romanos para liberarlos de la ocupación Nazi. El resultado fue la destrucción de casi diez mil casas y la muerte de más de 700 personas.
FRANCISCO
Por desgracia, también hoy se repiten estas tragedias. ¿Cómo es posible? ¿Hemos perdido la memoria? Que el Señor se apiade de nosotros y libere a la familia humana del flagelo de la guerra. En particular, recemos por el querido pueblo ucraniano, que sufre tanto.
El papa reflexionó sobre el Evangelio del día y pidió a los cristianos que no se desanimen cuando “siembren” la semilla del evangelio en otros y no vean inmediatamente los resultados. Les pidió no perder el espíritu misionero.
FRANCISCO
¡Adelante con alegría, queridos hermanos y hermanas! Recordemos a las personas que han sembrado la semilla de la Palabra de Dios en nuestra vida – que cada uno de nosotros se pregunte: '¿cómo comenzó mi fe?' -; puede que brotara años después de que nos encontráramos con el ejemplo de otros, ¡pero sucedió precisamente gracias a ellos!
Como de costumbre, Francisco finalizó su aparición pública pidiéndo que no se olviden de rezar por él. Además, envió un saludo a las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de los Apóstoles, reunidas en Roma para su Capítulo general.
PA