La celebración de la festividad de San Pedro y San Pablo comenzó con la procesión de los nuevos arzobispos.
El coro de los seises de Toledo acompañó a las voces del coro de la Capilla Sixtina y del “Coro Guida” durante la celebración.
Más de 30 arzobispos nombrados en todo el mundo durante el último año recibieron los palios que bendijo el papa.
Durante la homilía, el papa habló del sí de San Pedro, quien le siguió sin pedir garantías.
FRANCISCO
Es siguiendo al Señor como aprendemos a conocerle cada día; es haciéndonos sus discípulos y acogiendo su Palabra como nos hacemos sus amigos y experimentamos su amor transformador. Ese 'ahora' resuena también para nosotros: si podemos aplazar tantas cosas en la vida, el seguimiento de Jesús es inaplazable; ahí no podemos dudar, no podemos poner excusas.
También habló de la conversión de Pablo. Francisco aseguró que era un ejemplo para la Iglesia evangelizadora.
FRANCISCO
Es hermoso si nos convertimos en una Iglesia en salida, que no encuentra su alegría en las cosas del mundo, sino en anunciar el Evangelio al mundo, para sembrar la pregunta sobre Dios en el corazón de las personas. Llevar al Señor Jesús a todas partes, con humildad y alegría: en nuestra ciudad de Roma, en nuestras familias, en las relaciones y en los barrios, en la sociedad civil, en la Iglesia, en la política, en el mundo entero, especialmente allí donde acechan la pobreza, la degradación y la marginación.
Durante la celebración, estuvieron presentes las esposas de algunos diplomáticos ucranianos.
Al finalizar la misa, el papa agradeció la presencia de la delegación del Patriarcado Ecuménico ortodoxo enviado por el patriarca Bartolomé.
PA