Antes de su viaje a Hungría, Francisco se reunió con una delegación de obispos mexicanos. Vinieron sobre todo del norte del país, con representación de la diócesis de Monterrey o Chihuahua. El Papa les preguntó sobre los 39 migrantes fallecidos en el incendio del centro de detención en Ciudad Juárez. Ya rezó por ellos en marzo.
FRANCISCO
Recemos por los migrantes que fallecieron ayer en un trágico incendio en Ciudad Juárez, México, para que el Señor los reciba en su Reino y dé consuelo a las familias. Recemos por ellos.
MONS. ROGELIO CABRERA LÓPEZ
Pdte. Conferencia Episcopal de México
Sí, tenía que salir este hecho. Vamos a llamarle icónico del malestar que sufren los migrantes. Es un hecho criminal, reprobable desde muchos puntos de vista. 39 personas fallecieron.
Aunque Francisco acaba de salir del hospital y al día siguiente de la reunión viajaba a Hungría, dedicó dos horas y media a los obispos para encargarles especialmente velar por los migrantes en las ciudades de frontera.
MONS. HERIBERTO CAVAZOS PÉREZ
Obispo auxiliar de Monterrey
Muy emocionado nos dijo que teníamos que acercarnos a ellos. Que teníamos que acompañarlos sobre todo y poder escucharlos.
El Papa también habló con los obispos sobre los dos jesuitas asesinados en la Sierra de Tarahumara, por los que rezó el año pasado apenas conoció la noticia.
FRANCISCO
¡Cuántos asesinatos en México! Estoy cercano con el afecto y la oración a la comunidad católica golpeada por esta tragedia. Una vez más repito que la violencia no resuelve los problemas sino que hace crecer el sufrimiento inútil.
La situación de los migrantes y la violencia en el país son dos temas que preocupan especialmente al Papa y para los que ha pedido la ayuda de la Iglesia.
RM