El primer ministro de Hungría Viktor Orbán, no dudó en remarcar ante el papa la identidad cristiana de su país. Dijo que Hungría lucha para mantenerse en la vía de la fe.
Hungría es uno de los pocos países de Europa donde los gobernantes se definen públicamente cristianos y donde su posición contraria a la ideología de género es criticada en Occidente.
El papa coincide en algunas cuestiones con Orbán. Por ejemplo, minutos después del encuentro, Francisco también criticó con dureza la ideología de género en el discurso público.
Sin embargo las posturas de los dos líderes no son exactamente las mismas en el modo de proponer la fe a nivel político ni tampoco con respecto a cuestiones sociales como la acogida a los migrantes.
Los dos líderes se reunieron durante poco más de media hora.
JRB