El Vaticano publicó una serie de modificaciones inéditas para que los laicos, tengan más espacio en asuntos eclesiásticos.
Hasta 70 de ellos participarán en la próxima asamblea del sínodo de obispos que será en octubre. No es un número pequeño. Según los organizadores del encuentro este grupo constituirá más del 20% de los presentes. Serán miembros del sínodo a título pleno.
Además, la mitad de estos 70, por voluntad del papa, serán mujeres. Hasta ahora, salvo alguna rara excepción, solo los obispos podían votar en estos encuentros.
El sínodo de obispos es un órgano consultor creado por Pablo VI y, como dice su nombre, estaba formado exclusivamente por prelados. Se reúnen periódicamente a petición del papa para tratar diversos asuntos. El resultado final de estas reuniones es un documento sin ningún tipo de valor normativo pero que sirve para calibrar qué siente con respecto a un argumento un grupo cercano al pontífice. El papa es libre de incorporar a su magisterio las peticiones o reflexiones realizadas por los participantes del sínodo. Puede no tenerlas en cuenta si lo considera adecuado.
Los organizadores de la próxima asamblea señalan que este cambio introducido por el papa es importante pero al mismo tiempo piden prudencia porque este órgano, el sínodo, no se debe equiparar a un parlamento. De hecho, el cardenal maltés Mario Grech, secretario general de este organismo, dice que él es partidario de eliminar las votaciones que deciden qué introducir o no en el documento que se entrega al pontífice. El motivo que alega es que este organismo debe ser parecerse más a una reunión que sirva para rezar que para dictar normas.
JRB