Estas imágenes corresponden a 2019, en el cementerio Teutónico, dentro del territorio vaticano. Un mensaje anónimo enviado a la familia de la desaparecida Emanuela Orlandi, indicaba una sepultura anterior como el lugar donde estaba enterrada esa joven. La información, una vez más, se demostró falsa.
Era la tercera vez que la familia de Emanuela Orlandi, hija de un dependiente del Vaticano, promovía la apertura de una sepultura. El Estado Ciudad del Vaticano no dudó en colaborar.
Anteriormente, en 2012 y en 2018, otras dos tumbas en Roma fueron abiertas y examinadas por el mismo motivo. Ninguna reveló nada que pudiera relacionarlas con Emanuela.
Para entender el caso es preciso volver atrás en el tiempo. Concretamente al 22 de junio de 1983, en Roma, cuando una colegiala adolescente desapareció sin dejar rastro. Tenía 15 años. Se llamaba Emanuela Orlandi. Su padre trabajaba en el Vaticano. En los últimos 40 años, las autoridades italianas han seguido varias líneas de investigación sin éxito alguno.
Por eso la historia de Emanuela sigue siendo la fuente de innumerables artículos periodísticos, libros y hasta una reciente docuserie. Está considerado como el caso sin resolver más famoso de Italia. El 9 de enero de este año, el Vaticano anunció que reabría las investigaciones para tratar de conocer toda la verdad.
Pero antes de entrar en este tema conviene saber qué teorías han encontrado más eco en la opinión pública.
La primera: Emanuela Orlandi era ciudadana del Vaticano. Por tanto pudo ser usada como moneda de cambio por el KGB, quien la secuestró para chantajear al Vaticano. El objetivo era presionarle para obtener la liberación de Ali Ağca, quien intentó asesinar a Juan Pablo II.
La segunda teoría: Emanuela fue secuestrada por la mafia italiana para extorsionar al Vaticano, que presuntamente había recibido dinero de la criminalidad organizada para financiar movimientos contra el comunismo.
La tercera, y más difícil de sostener aún, es que Emanuela había sufrido abusos sexuales en el Vaticano por parte de algún alto prelado. Y para que la joven no hablase la trasladaron al extranjero.
Esta teoría se basa en una grabación de audio hecha a una persona supuestamente relacionada con la mafia romana. Esta persona dice que Juan Pablo II abusaba de chicas menores.
Pero volvamos al 9 de enero, cuando el Vaticano anuncia que intentará aclarar lo que pasó. Por eso el fiscal de este pequeño Estado se reunió con Pietro Orlandi, el hermano de Emanuela. Pietro le dio toda la información que tiene en sus manos y también le pidió que investiguen a Juan Pablo II, a raíz de ese audio de dudosa credibilidad. En entrevistas recientes rebatió que él no dice que el papa polaco fuera pedófilo, pero que en todo caso quiere que se le investigue. Una situación que ha creado un gran revuelo y por eso, el papa Francisco, decidió intervenir públicamente.
PAPA FRANCISCO
Estoy seguro de interpretar los sentimientos de los fieles de todo el mundo. Dirijo un pensamiento agradecido a la memoria de San Juan Pablo II, objeto de inferencias ofensivas e infundadas estos últimos días.
Era la primera vez que el Papa Francisco se pronunciaba en público sobre el caso Orlandi, aunque desde hace tiempo mostró interés por que se resolviera.
El caso de la desaparición de Emanuela Orlandi tiene todos los elementos de intriga para una buena película o novela policíaca: mafia, KGB, cardenales o papas que presuntamente abusan de menores...
Su popularidad se debe a la conexión de esta desaparición con el Vaticano. No hay que olvidar que el Gobierno italiano reconoce que cada día desaparecen, como media, 67 personas en el país.
En junio se cumplen 40 años de la desaparición de la joven, tiempo más que suficiente para que muchas pruebas se hayan contaminado o desaparecido. La promoción de una docuserie muy poco rigurosa sobre el caso, no ha hecho más que alimentar el morbo de una tragedia familiar nunca resuelta.