El Papa Francisco comenzó el Jueves Santo celebrando la Misa Crismal en la Basílica de San Pedro.
Se trata de una misa especial para los sacerdotes, ya que se celebra el día de la consagración de su sacerdocio, en la Última Cena. Los sacerdotes suelen celebrar esta misa con su Obispo y, en el caso de Roma, con el papa.
En su homilía, el papa animó a los sacerdotes a redescubrir su vocación. Rezó por aquellos que puedan estar afrontando una crisis interna.
FRANCISCO
A estos hermanos los tengo en mente. Les digo simplemente: ánimo. El Señor es más grande que vuestras debilidades, que vuestros pecados, encomendaos al Señor y dejad que os llame por segunda vez, esta vez con la devoción del espíritu santo.
El Papa Francisco instó a los sacerdotes a centrar su vida en el servicio a la Iglesia, guiados por el Espíritu de la verdad.
FRANCISCO
Vivir una doble vida no te ayudará. Tira eso por la ventana. Mira hacia adelante, deja que la unción del Espíritu Santo te abrace.
Francisco les recomendó un libro escrito por un sacerdote francés titulado: La Segunda Llamada.
Tras la homilía, el Papa apeló a los cientos de sacerdotes presentes en la misa a renovar las promesas hechas en su ordenación. Bendijo tres óleos sagrados que se utilizarán en la diócesis de Roma: el óleo de los enfermos, el óleo de los catecúmenos y el crisma para bautismos y ordenaciones.
AT
TR: DA