Las últimas horas de Francisco en el Gemelli fueron conmovedoras. La tarde antes de salir visitó a los niños que estaban ingresados. Les llevó rosarios, huevos de chocolate y libro. A uno de ellos, Miguel Ángel, de pocos días de vida, hasta lo bautizó él en persona.
El pequeño había caído y quedado inconsciente. Sus padres recibieron la ayuda de la policía para llevarlo al hospital.
Al día siguiente decenas de personas se aglomeraron en la entrada del hospital para verle salir. Allí tuvo lugar el momento más conmovedor. Cuando una pareja que había perdido a su hija esa misma noche se acercó a Francisco para recibir consuelo IMG_7224. El papa permaneció un buen rato saludando a gente antes de despedirse entre la emoción de los presentes.
Luego se acercó a Santa María la Mayor para rezar ante la patrona de Roma, la Salus Populi Romani, por los niños que había visto en el hospital.
Antes de entrar en el Vaticano, Francisco también entregó huevos de pascua de chocolate a los militares y policías que estaban en la entrada del Perugino, uno de los accesos laterales al pequeño estado y la más cercana a su residencia de Casa Santa Marta. Sus últimas palabras antes de entrar fueron dedicadas a los periodistas presentes: les confirmó que seguía con la idea de visitar Hungría a finales de mes.
JRB