“A lo largo de la historia, los Papas han condenado los actos de violencia, opresión, injusticia y esclavitud, incluyendo los cometidos contra indígenas”. Así comienza el comunicado que han lanzado juntos los dicasterios de Cultura y Educación y el de Servicio al Desarrollo Humano Integral.
El Vaticano se opone así a la llamada “doctrina del descubrimiento”. Es una desviación de las enseñanzas de la Iglesia que se aprovechó entre los siglos XVI y XIX para expropiar sus tierras y pertenencias a pueblos indígenas tergiversando documentos papales que no lo permitían en absoluto.
El comunicado prosigue: “Muchos cristianos han cometido actos malvados contra indígenas por los que los recientes Papas han pedido perdón en numerosas ocasiones”.
Los dicasterios señalan que el reciente dialogo con los indígenas, especialmente los católicos, han ayudado a la Iglesia a entender el sufrimiento que supuso la expropiación de sus tierras, que consideraban un regalo de Dios y sus ancestros.
También les dolieron las políticas de asimilación implementadas por los gobiernos de la época. En Canadá, Francisco ya pidió perdón por cómo algunos miembros de la Iglesia participaron de ellas.
FRANCISCO
Estoy profundamente dolido: pido perdón por la manera en la que, lamentablemente, muchos cristianos adoptaron la mentalidad colonialista de las potencias que oprimieron a los pueblos indígenas.
El cardenal José Tolentino de Mendoça, prefecto del Dicasterio de Cultura y Educación, ha declarado a raíz de este comunicado que la Iglesia está construyendo “una arquitectura de reconciliación”.
Y Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio al Desarrollo Humano Integral, añade que “la Iglesia rechaza toda palabra o acción que no reconozca la dignidad humana”.
Las conferencias episcopales estadounidense y canadiense han revelado también su opinión respecto a esta condena de los dicasterios. Los obispos canadienses celebran que la Iglesia se adhiera a los principios de las Naciones Unidas en la Declaración de Derechos de las Personas Indígenas.
Por último, los obispos estadounidenses piden a Dios ayuda para sanar a quienes siguen sufriendo el legado del colonialismo.
RM