El Papa sigue ingresado en el Hospital Policlínico Agostino Gemelli de Roma para recuperarse de una infección respiratoria que le ha obligado a cancelar varios de sus eventos esta semana.
Según la Oficina de Prensa de la Santa Sede, “su estado clínico está en mejora progresiva”. Aun así, con 86 años, su estancia en el hospital podría alargarse un poco más. En 2016, cuando cumplió 80, esto es lo que decía sobre su avanzada edad.
FRANCISCO
Desde hace algunos días me viene a la mente una palabra que parece fea: vejez. Asusta. Por lo menos asusta. Pero cuando uno la ve como una etapa de la vida que sirve para dar alegría, sabiduría, esperanza, uno recomienza a vivir.
A pesar de los dolores en la rodilla, su operación de colon y esta última infección respiratoria, Francisco no tenía problemas de salud. Normalmente se levanta a las 4:30 de la mañana, reza cuatro horas al día y trabaja al menos 9. Y sigue viajando, aunque a veces con problemas.
FRANCISCO
Mi salud está un poco “caprichosa” porque tengo este problema en la rodilla que dificulta el caminar. Es fastidiado pero va mejorando. Al menos puedo caminar. Hace dos semanas no podía hacer nada.
Pero para gobernar la Iglesia no son piernas ágiles lo que se necesita sino una mente lúcida. Quienes están cerca de Francisco, como el secretario general del Sínodo, el cardenal Mario Grech, dicen que se mantiene tan despierto como siempre.
CARD. MARIO GRECH
Secretario General del Sínodo
El Papa Francisco, por desgracia, tiene una dolencia en su rodilla, pero créanme, su cabeza y su corazón están como nunca.
A la espera de recuperarse por completo, el Papa sigue ingresado. Ha agradecido los mensajes y la oración de todos quienes se preocupan y rezan por él.
RM
