María Amparo Alonso es coadministradora temporal de Cáritas Internationalis desde noviembre de 2022. Entonces el Papa intervino la confederación de 162 Cáritas porque algunos de sus trabajadores sufrían un burnout.
La española forma equipo con el italiano Pier Francesco Pinelli, actual comisario extraordinario, y el jesuita portugués Manuel Muraçao. Tienen un objetivo por encima de todo: generar una cultura de trabajo más empática.
MARÍA AMPARO ALONSO
Coadministradora, Cáritas Internationalis
Sí, hubo una investigación independiente donde se vio que era necesario reforzar este espíritu grupal, esta sensación de gran equipo precisamente porque queremos ser mejores y queremos dar un servicio mucho mejor a la confederación y se vio que era necesario introducir mejoras en ese sentido.
Cáritas Internationalis ha puesto en marcha un proceso de escucha permanente de sus trabajadores complementado con coaching y counseling. Quieren poner a las personas en el centro e insisten en que los cambios no se deben a ningún escándalo sexual ni económico y que han cumplido con todos sus objetivos.
MARÍA AMPARO ALONSO
Coadministradora, Cáritas Internationalis
Y era necesaria esta renovación como un acto de amor hacia nosotros mismos, no un acto de denuncia. En ningún caso se han puesto en duda el trabajo que hacen todas las Cáritas del mundo.
María Amparo Alonso presume del capital humano de su organización y cree que, si se les da espacio para innovar, podrán llegar muy lejos.
MARÍA AMPARO ALONSO
Coadministradora, Cáritas Internationalis
Bueno, la capacidad creativa aquí nos sobra. No solo nosotros sino tenemos un gran equipo, eso es muy importante resaltarlo, las persona que trabajan aquí son personas altamente creativas con un montón de ideas y ha sido el momento ahora de ponerlo sobre la mesa y empezar a jugar entre todos.
Ahora se preparan para la Asamblea General que se celebrará en mayo. Vendrán a Roma Cáritas de 200 países, elegirán una nueva cúpula y fijarán las líneas guías para el futuro. Las prioridades son la guerra de Ucrania, los terremotos de Siria y Turquía, la hambruna en el Cuerno de África y la lucha contra el desplazamiento y la trata de personas.
RM