El 19 de marzo, dos hombres israelíes agredieron a un obispo y a dos sacerdotes durante la misa dominical en la iglesia de Getsemaní de Jerusalén. También intentaron cometer actos de vandalismo en el interior de la iglesia.
El patriarca Ortodoxo de Jerusalén, Teófilo III, condenó rapidamente el atentado. Hizo pública una declaración en la que subrayaba la necesidad de respetar el derecho humano básico de practicar libremente el culto.
El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) se unió al patriarca en la condena del atentado. Su Secretario General, Jerry Pillay, pidió la protección de todos los lugares santos.
El ataque a la iglesia de Getsemaní no es el único atentado reciente contra un lugar sagrado: la iglesia de la Flagelación de Jerusalén también fue un objetivo en el pasado.
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