Esta columna de humo que ven brota del campo de refugiados cercano a la ciudad bangladesí de Bazar de Cox. De momento ya han quedado calcinados unos 2.000 refugios y sus ocupantes han perdido sus pertenencias.
La mayoría de ellos son rohinyás, un grupo étnico apátrida de mayoría musulmana. En 2017 740.000 fueron violentamente expulsados de Myanmar a Bangladesh, donde malviven hacinados. Esta misma semana, activistas birmanas denunciaban la represión en su país ante la ONU.
MAY SABE PHUY
Coalición de Defensa de la Mujer de Myanmar
Es un deber acabar con el militarismo y la impunidad que disfrutan los militares tras sus acciones.
Los rohinyás han estado históricamente perseguidos en Myanmar, pero su situación se agravó tras el golpe de Estado de 2021 que instauró a una Junta Militar.
Persiguen especialmente a cristianos y musulmanes y han destruido iglesias muy emblemáticas como la de Nuestra Señora de la Asunción en Chan Thar. También son muy opresivos ante las mujeres.
MAY SABE PHUY
Coalición de Defensa de la Mujer de Myanmar
Los derechos de la mujer y la igualdad de género nunca avanzarán si la Junta sigue en el poder.
La situación de los rohinyás preocupa mucho al Papa Francisco, quien a menudo reza en público por ellos. También se reunió con dieciséis en 2017 al visitar Bangladesh y Myanmar.
FRANCISCO
5 de diciembre, 2017
La presencia de Dios también hoy se llama rohinyá.
No es la primera vez que estos campos de refugiados sufren incendios, como ya sucedió en marzo de 2021. De momento la Organización Internacional para las Migraciones, que depende de la ONU, ha enviado 14 ambulancias y sigue trabajando con los refugiados.
RM
