Romain y su mujer Reina decidieron ser misioneros. Vivieron durante una temporada en un autobús, viajando por los lugares más desfavorecidos de América Latina ofreciendo ayuda humanitaria y formación católica.
Ahora tienen 6 hijos y una organización, la Fundación Misericordia, a través de la cual continuaron con su labor misionera.
ROMAIN DE CHATEAUVIEUX
Fundador, Fundación Misericordia
En el 2013, cuando el Papa dijo “la misericordia cambia el mundo. Lo hace más justo y menos frío”. Para nosotros fue un impacto en el corazón y quisimos responder a través de nuestra familia a esta invitación de ser misericordia para el mundo y especialmente para los pobres.
La fundación quiere construir estructuras como esta. Aquí distribuyen alimentos... dan clases y organizan talleres... y hasta hay una iglesia.
Aquí es un pedazo de cielo. A donde venimos a gozar, dejar las amarguras, los dolores, todo. Y nos vamos felices y contentas.
La historia de Romain y Reina comenzó en una de las favelas brasileñas más pobres. Romain fue hasta allí invitado por un sacerdote amigo de su familia. Esa estancia fue clave para redescubrir la fe en Dios. Así lo describió en una conferencia ante recién graduados en Chile.
ROMAIN DE CHATEAUVIEUX
Fundador, Fundación Misericordia
Yo me sentí muy pobre, muy pobre. Y viví una experiencia en este momento que cambió mi vida. Toda la fe, la cultura católica que había recibido en mi cabeza, de golpe bajó a mi corazón.
En la favela Romain y Reina se conocieron y decidieron casarse. Juntos tomaron la decisión de llevar ese tipo de vida misionera.
Al papa le pudieron contar su experiencia y su trabajo con la Fundación Misericordia, que ya está en Argentina, Estados Unidos y Francia. Le saludaron al terminar una audiencia general y este les invitó a visitarle a su residencia en Casa Santa Marta.
PA/JRB