La hermana Marlene es misionera laurita en la provincia de Orellana, en la Amazonia ecuatoriana. Trabaja con el pueblo waorani.
Desde principios de año, indígenas y religiosas protestan contra Petroecuador. La empresa pública de hidrocarburos del país extrae unos 14.000 barriles de crudo diarios de un yacimiento en el territorio, lo que equivale a un millón de dólares al día. Pero a juzgar por los pueblos de alrededor, el dinero no repercute en los vecinos.
HNA. MARLENE CACHIPUENDO
Hermana Laurita
El pueblo waorani en este momento está sufriendo sobre todo porque su territorio está contaminado y porque la petrolera siempre ha entrado a su territorio sin consultar.
A pesar del dinero que brota de su tierra, los vecinos no tienen red eléctrica, instalaciones sanitarias o educativas ni agua potable.
Recientemente un vertido en un río contaminó el suelo y las aguas, lo que ha hecho enfermar a este pueblo que vive de la caza, la pesca y los frutos silvestres. Presentan síntomas de todo tipo, especialmente disentería entre los niños.
MINTOQUE ORENGO
Vicepresidenta de la comunidad waorani
Diarrea, dolor de cabeza, granos en la piel que salen. Y también han pasado por mucho porque los niños actualmente están enfermos, a veces no van a la escuela. También las madres se preocupan por sus hijos. Y también sufren por esa enfermedad.
Según las leyes en Ecuador, antes de que una petrolera comience a explotar un territorio debe hacer una consulta libre e informada. Los waoranis dicen que nadie les ha preguntado y esperan aún explicación del Ministerio de Energía. Le han enviado ya varias peticiones formales.
ROBINSON COBA
Presidente de la comunidad waorani
Nosotros queremos que vengan y que hagan consulta primero para ingresar en las comunidades.
Las hermanas lauritas llevan dos años en este territorio. Imparten educación no reglada a los locales y acompañan a los más jóvenes.
Quieren que estudien en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador o en la Universidad Politécnica Salesiana para que se conviertan en los profesores y profesionales del mañana y ayuden al desarrollo de su pueblo.
Mientras tanto, siguen enfrentándose a las petroleras que, aunque llevan 32 años dando beneficios a sus socios, no han cubierto las necesidades básicas de las poblaciones alrededor.
Por esas demandas llevamos 17 días de paralización. Mientras que el ministro no nos responda, seguiremos la paralización. ¡Que viva waorani y que viva el paro!
RM