La condena a 26 años de cárcel en Nicaragua del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, ha provocado grande tristeza en Roma.
FRANCISCO
Las noticias que llegan de Nicaragua me han dolido mucho y no puedo evitar el acordarme con preocupación del obispo de Matagalpa Rolando Álvarez, a quien quiero mucho.
En mayo del año pasado, el obispo nicaragüense denunció que el gobierno de Ortega estaba sometiendo a la Iglesia católica a una persecución.
ROLANDO ÁLVAREZ
Obispo de Matagalpa y Estelí (Nicaragua)
Entraron en mi círculo de privacidad familiar, llegaron a a mi casa privada familiar paternal maternal, poniendo en riesgo la seguridad de mi familia.
Pero el nicaragüense no es el único obispo perseguido. Tadeo Ma Daqin, obispo de Shanghái, lleva recluido desde 2012 en el seminario chino de Sheshan. Su delito, desvincularse en público de la Iglesia patriótica china.
También en noviembre de 2022 el cardenal Joseph Zen, obispo emérito de Hong-Kong pagó una multa de 500 dólares por, presuntamente, ser tesorero de una caja de resistencia en apoyo a las protestas prodemocracia. Antes, en 2019, había sido detenido y puesto en libertad bajo fianza.
Otro caso histórico es el cardenal vietnamita François-Xavier Nguyen Van Thuan, ahora en proceso de beatificación. En 1975, dos días después de que Pablo VI lo nombrara obispo coadjutor de Saigón, el régimen comunista lo acusó de conspiración y lo encarceló. Pasó 13 años en la cárcel, 9 de ellos en total aislamiento.
Escribió el libro Cinco panes y dos peces sobre su experiencia de fe en prisión. Y siempre colgaba su cruz pectoral de una cadena que fabricó clandestinamente en presidio.
CARD. FRANÇOIS-XAVIER VAN THUAN
Esta cadena está hecha de alambre eléctrico en prisión que los carceleros cortaron para mí. Me prestaron dos pequeñas tenazas para cortarlo e hicimos juntos en cuatro horas esta cadena.
Por el último, el cardenal Stefan Wyszynski, quien fue encarcelado en la Polonia comunista y recientemente beatificado, ha sido elogiado por Juan Pablo II y el propio Papa Francisco.
FRANCISCO
Sobre el cardenal Wyszyński, San Juan Pablo II pronunció las históricas palabras: “En la Sede de Pedro no habría un Papa polaco si no fuera por tu fe, que no se ha plegado a la prisión ni al sufrimiento, gracias a tu heroica esperanza y a tu confiar plenamente en la Madre de la Iglesia”.
No son todos, pero sí algunos ejemplos de obispos dispuestos a pagar cualquier precio por anunciar el Evangelio donde se rechazan las libertades.
RM