Las hermanas oblatas trabajan especialmente con mujeres. Uno de sus campos de acción es sacar a víctimas de trata del mundo de la prostitución. Salen a su encuentro, ponen a su disposición un techo y las ayudan a encontrar trabajo para que los proxenetas no tengan más control sobre ellas.
MARISA COTOLÍ
Hermanas oblatas
Lo que hacemos es preguntar a las mujeres cuál es el mejor momento para acercarnos para poder hablar con ellas, para escuchar de fondo su realidad, sus necesidades, su demanda. Entonces, por la noche solemos ir a las carreteras y a las calles.
Claro, al ofrecer herramientas o estrategias que a las mujeres les ayudan a ser ellas mismas, pues evidentemente estamos rompiendo esa cadena de esclavitud.
Marisa Cotolí cuenta que, al salir del agujero, muchas de las usuarias ayudan a otras mujeres. Se convierten en aliadas en la lucha contra la trata.
MARISA COTOLÍ
Hermanas oblatas
Se crea una red muy bonita entre mujeres, se da la sororidad entre nosotras y efectivamente el acompañamiento es además un acompañamiento mutuo.
La oblata advierte de que a raíz de la pandemia, los mafiosos han buscado nuevos nichos. Aparte de en los clubs, también explotan a mujeres en aplicaciones para buscar pareja o de pornografía.
No están ahí libremente y, al venderse por medio de las nuevas tecnologías y no presencialmente, es más difícil para las hermanas encontrarse con ellas y ofrecerles una alternativa.
MARISA COTOLÍ
Hermanas oblatas
Podemos comentar cómo se están utilizando las fotos, los vídeos, las webcams... Todas estas plataformas que están surgiendo y que detrás lo que hay es una explotación
Nosotras, por ejemplo, durante la pandemia, hemos seguido trasladándonos a estos lugares, hemos conversado con las mujeres y ellas mismas han potenciado esto obligadas evidentemente.
Por último, pide sensibilidad y educar la mirada para no normalizar este tipo de explotación a mujeres con derecho a vivir en libertad.
RM