Tras dos horas de vuelo desde República Democrática del Congo, Francisco aterrizó en Sudán del Sur. Es su segunda y última parada de este viaje apostólico número 40. Nada más bajarse del avión, le recibieron el presidente Salva Kiir Mayardit y unos niños con flores.
El Papa se desplazó hasta el Palacio Presidencial para tener un encuentro con el Presidente y Vicepresidente del país. Durante el trayecto, miles de personas le vitoreaban.
En los jardines presidenciales, el Papa se reunió con unos 250 miembros el cuerpo diplomático, además de líderes políticos y religiosos.
En su discurso, el Papa subrayó la abundante naturaleza de Sudán del Sur. Y pidió a los líderes que sean como los manantiales del Niño, frescos y dadores de vida en el país.
FRANCISCO
Distinguidas autoridades, vosotros sois estos manantiales, los manantiales que riegan la convivencia común, los padres y madres de este joven país. Estáis llamados a regenerar la vida social, como fuentes limpias de paz y prosperidad porque esto es lo que necesitan los hijos de Sudán del Sur.
Francisco les animó a cambiar el curso de la historia en Sudán del Sur de la guerra a la paz. Dijo que, para conseguirlo, la personas deben ponerse de acuerdo y luchar juntos contra la corrupción.
El arzobispo Justin Welby y el reverendo Iain Greenshields se unieron el Papa y dieron otro discurso por la paz. El arzobispo de Canterbury describió así el motivo de su visita ecuménica.
Venimos a escuchar a los jóvenes, el 70% del país, porque sin escuchar su voz no habrá paz ni reconciliación. Y venimos a honrar a las mujeres que han conocido un sufrimiento terrible y aun así han sido prueba de la resurrección a la vida.
Los tres líderes religiosos compartieron su deseo de trabajar juntos por un futuro pacífico y próspero para Sudán del Sur.
KG
TR: RM