Los autores de estas fotos se están jugando la vida por compartir las imágenes que muestran el estado en el que están quedando las iglesias de las pequeñas comunidades cristianas en Myanmar. No se trata además de parroquias comunes. Algunas son joyas históricas de un gran valor afectivo y espiritual para los grupos locales. Los pobladores de estas regiones son descendientes de los portugueses que llegaron aquí hace casi 500 años.
Los destrozos son producto de los ataques de los militares que con el golpe de Estado de febrero de 2021 derrocaron al gobierno elegido democráticamente.
Fuentes de la comunidad católica afirman que no sólo solo atacaron iglesias sino que pueblos enteros han sido arrasados y sus habitantes han tenido que huir.
Esas mismas fuentes denuncian que han quemado iglesias y centenares de casas no una vez, sino en repetidas ocasiones.
Lamentan que la presión internacional sobre los golpistas se haya reducido por la guerra en Ucrania. Dicen que esto ha permitido que cometan abusos y atrocidades sin temor a represalias.
En el 2021 la comunidad internacional condenó con firmeza el golpe de Estado. El papa se unió al coro de voces de personalidades que criticaron los hechos.
FRANCISCO
En este momento tan delicado deseo asegurar de nuevo mi cercanía espiritual, mi oración y mi solidaridad al pueblo de Myanmar.
Recemos por Myanmar.
Francisco visitó este país 2017 y allí se reunió con la entonces Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, que por entonces estaba en el gobierno. Ahora, como otros tantos activistas, permanece bajo arresto por el nuevo régimen militar y ante un futuro tan duro como incierto.
JRB/SPL