Benedicto XVI será recordado como el Papa teólogo. Transmitió su conocimiento de la Iglesia de un modo académico, como un profesor. Pero además de la enseñanza, la otra pasión de Joseph Ratzinger fue la música.
En su familia siempre hubo talento musical. Benedicto XVI aprendió a tocar el piano de pequeño, mientras su hermano Georg tocaba el órgano y componía canciones. En 2010 revivió esos momentos durante un concierto de Mozart en Castelgandolfo.
BENEDICTO XVI
7 de septiembre, 2010
“Cada vez que escucho su música vuelvo atrás en la memoria a mi parroquia, donde, cuando era niño, en los días de fiesta, escuchábamos su “Misa”.
Benedicto XVI tenía especial afición por la música sacra y la clásica. Uno de los regalos más habituales durante su pontificado fueron conciertos de prestigiosos coros, orquestas y solistas de todo el mundo. El Papa emérito solía decir que la música era un camino hacia Dios.
BENEDICTO XVI
11 de agosto, 2012
“La música es expresión del espíritu, de un lugar interior de la persona, creado para todo lo que es verdadero, bueno y bello. No es casualidad que a menudo la música acompañe nuestra oración. Hace resonar nuestros sentidos y nuestra mente cuando, en la oración, encontramos a Dios”.
El Papa teólogo pensaba en la música sacra como un puente entre el arte y la religión. Pero también le dio un significado a la vez profundo y aplicable al día a día.
BENEDICTO XVI
1 de octubre, 2010
“La obra de arte más bella, la obra maestra del ser humano es cada acto de amor auténtico, desde el más pequeño, en el martirio cotidiano, hasta el sacrificio extremo. Aquí la vida misma se hace canto: un adelanto de la sinfonía que cantaremos juntos en el Paraíso”.
Cuando renunció al papado, Benedicto XVI no abandonó su afición por la música. En enero de 2014 el Vaticano difundió unas imágenes en las que el Papa emérito aparecía celebrando el 90 cumpleaños de su hermano Georg al son de la música tradicional de Baviera.
RCA/MAE