La diócesis de Roma celebró una Misa por Benedicto XVI. El cardenal Angelo De Donatis hizo la procesión de entrada en la la Basílica de San Giovanni in Laterano con el Adeste Fideles.
En la monición de entrada, el purpurado explicó el principal objetivo de la Misa a los cientos de personas que se reunieron para ofrecer su oración por el papa emérito.
Para sostener a nuestro querido obispo y papa emérito Benedicto XVI en el momento de la lucha y de la prueba. Porque similar a Cristo también en el sufrimiento, pueda ser entre nosotros como su maestro, el Señor, testimonio de amor a la Iglesia, esposa hasta el final.
En la homilía, Angelo De Donatis habló del parecido de Joseph Ratzinger con el santo de su nombre de bautismo: san José. Dijo que, al igual que san José se abandonó a María en los momentos de dificultad, también Benedicto XVI lleva años confiando su destino a Dios.
Nos gusta pensar que nuestro obispo emérito José, en este momento de dificultad se ha agarrado a la mano de san José, que le ayuda a mantener viva la invitación de Dios a no tener miedo.
El cardenal De Donatis recordó las enseñanzas más importantes del pontificado de Benedicto XVI y la curiosa respuesta que le dio a un periodista que le preguntó hace años cómo se estaba preparando para morir.
Lo importante no es imaginárselo sino vivir en la consciencia de que toda la vida tiende a este encuentro. Que será, como está escrito en la encíclica Spe Salvi, el momento de sumergirse en el océano del amor infinito.
A lo largo de la semana, el Papa Francisco ha invitado a todos los cristianos a rezar por Benedicto XVI con celebraciones como esta por todo el mundo.
Rodrigo Moreno Quicios
