“Hola. Soy el Papa Francisco”. Así recibió la llamada en la tarde del 25 de diciembre Giacomo Cofano, un padre que perdió pocos días antes a su mujer tras dar a luz a gemelos en un hospital de Brindisi, Italia.
El sacerdote Donato Luizzi fue el que informó al Papa de la situación que atravesaba este padre de familia con tres hijos.
Horas antes de descolgar el teléfono, Francisco envió una carta al sacerdote, que ha compartido toda la historia en sus redes sociales.
Esta no es la primera vez que Francisco tiene este tipo de gestos personales. Una vez llamó a un monasterio de las Carmelitas Descalzas al sur de España, a las que les dejó un mensaje en el contestador.
También descolgó el teléfono para cancelar una cita con el dentista en Buenos Aires o para informar a su kioskero de que no iba a comprar más el periódico tras ser elegido Papa.
CA