Desde hace años, en la Jornada Mundial de los Pobres, el Aula Pablo VI del Vaticano se prepara así.
Se tratada del almuerzo que el Papa comparte con personas sin recursos. En esta ocasión eran 1.300 personas.
Francisco llegó en silla de ruedas y el primero en saludarle fue el limosnero pontificio, el cardenal Konrad Krajewski.
La presencia del papa desató mucha emoción entre los presentes. Y no se trató solo de un saludo de cortesía, sino que Francisco se sentó para almorzar con ellos. Fue quien bendijo la mesa.
A pesar de sus problemas de rodilla el Papa está manteniendo su agenda de encuentros y eventos oficiales. Solo ha disminuido el ritmo en los viajes.
JRB