Volviendo de Kazajistán el Papa respondió a una pregunta sobre la situación en Nicaragua. Dijo que en estos momentos “hay diálogo” entre Vaticano y gobierno aunque las decisiones tomadas por el ejecutivo son “difíciles de entender y de digerir”. Se refería a la expulsión del país del nuncio de la Santa Sede y de las religiosas de la congregación de Madre Teresa.
Sobre Nicaragua todas las noticias son claras. Hay diálogo. En este momento hay diálogo. Se ha hablado con el gobierno, hay diálogo. Esto no quiere decir que se apruebe todo lo que hace el gobierno o que se desapruebe todo. No. Hay diálogo y cuando hay diálogo hay necesidad de resolver problemas. Al menos yo espero que las hermanas de Madre Teresa vuelvan. Estas mujeres son valientes revolucionarias, pero del Evangelio. No le hacen la guerra a nadie. Es más, todos necesitamos a estas mujeres. Esto es un gesto que no se entiende... Pero esperemos que vuelvan y que se resuelva. Y que pueda continuar el diálogo. Nunca, nunca terminar el diálogo. Son cosas que no se entienden. Dejar en la frontera a un nuncio es algo grave diplomáticamente. Y el nuncio es una buena persona que ahora se le ha dado un encargo en otra parte. Estas cosas son difíciles de entender y también de digerir.