El 24 de julio, en torno a la fiesta de san Joaquín y santa Ana, se celebra la Jornada Mundial de los Ancianos. Estos dos santos eran los abuelos de Jesús. Este año, la jornada llevará como lema “En la vejez seguirán dando fruto”.
La jornada coincidirá con el viaje del Papa a Canadá. Apenas ha concluido un ciclo de 15 catequesis sobre la vejez y muchos se preguntan por qué les dedica tanto espacio en sus predicaciones. A juicio del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, la pregunta es exactamente la contraria.
VITTORIO SCELZO
Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida
¿Por qué fuera de la Iglesia, por qué aparte del Papa Francisco se habla tan poco de ellos? Es evidente que el futuro estará lleno de acianos, son muchos y habrá más.
¿Cómo es posible que no nos ocupemos? Que no haya una mirada pastoral, política, social y económica sobre esto que será seguro una de las características de las próximas décadas.
El responsable de la oficina de ancianos, niños y personas con discapacidad de este Dicasterio considera urgente ayudar a los mayores a encontrar su vocación cuando muchos creen que ya no tienen nada que aportar.
VITTORIO SCELZO
Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida
A día de hoy vivimos veinte o treinta años más que antes sin saber por qué, cómo, cuál es la espiritualidad de los ancianos, qué puedo hacer con mi vida después de trabajar tantos años... ¿Me jubilo y me encuentro frente a un vacío? ¿Qué sentido tiene vivir una vida cristiana cuando las fuerzas se desvanecen, cuando se es débil y frágil? ¿Es posible imaginar que no exista una vocación cristiana para este tiempo de la vida? ¡No!
Francisco ha anunciado que quienes visiten algún mayor durante la Jornada Mundial de los Ancianos ganarán una indulgencia plenaria. Pretende así que este evento se siga en todas las diócesis y que los jóvenes, en vez de reunirse en una gran plaza al sol como en otras Jornadas Mundiales, esta vez visiten a sus abuelos.
VITTORIO SCELZO
Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida
Este encuentro entre jóvenes y ancianos es realmente un encuentro que los enriquece a los dos. Los jóvenes a menudo van con esta idea: “voy a ayudar a un pobre anciano, voy a asistirlo”. En realidad vuelven con una sorpresa, vuelven habiendo descubierto que como en cualquier encuentro, no hay uno que enseñe y otro que aprenda. En un encuentro el protagonista es el abrazo.
Es por eso que este año, el símbolo de esta Jornada Mundial de los Ancianos es, precisamente, un abrazo.
Rodrigo Moreno Quicios
