Francisco mostró su preocupación por la grave situación de Sri Lanka, el país que visitó en enero de 2015.
La región atraviesa su peor crisis económica desde que se independizó en 1984. Después de tres meses de protestas, miles de manifestantes asaltaron las residencias del presidente y el primer ministro. Tras lo sucedido ambos anunciaron su futura dimisión.
FRANCISCO
Me uno al dolor del pueblo de Sri Lanka, que sigue sufriendo los efectos de la inestabilidad política y económica. Junto a los obispos del país, renuevo mi llamamiento a la paz e imploro a quienes tienen la autoridad, que no ignoren el grito de los pobres y las necesidades de la gente.
En el país no hay combustible y han tenido que recurrir a Rusia para tenerlo y asumir posibles sanciones.
El precio de los alimentos se ha disparado y el turismo se desplomó por la pandemia y los atentados de la Pascua de 2019. En estos momentos Sri Lanka está hundida en el colapso.
JRB