Un dolor de cabeza menos. Al menos para el presidente de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, Nunzio Galantino, que es el quien ha afrontado el escándolo de la compraventa del número 60 de la avenida Sloane, en Chelsea, en el centro de Londres.
El edificio es objeto de un juicio en el Vaticano en el que está acusado, entre otros, el cardenal Angelo Becciu por supuesta estafa a las arcas vaticanas durante el proceso de adquisición, con comisiones millonarias y hasta el chantaje brokers para devolver al Vaticano la propiedad del edificio.
De una primera ronda de 16 ofertas el año pasado, al final ha sido vendido a la sociedad Bain Capital por 214 millones de euros.
El Apsa ha aclarado en el comunicado oficial de la venta que las pérdidas totales registradas en la compraventa de la propiedad se cargarán al fondo de la Secretaría de Estado, sin tocar el Óbolo de San Pedro y por lo tanto las donaciones de los fieles.