Tras la revocación del derecho constitucional al aborto por parte de la Corte Suprema de los Estados Unidos, los manifestantes siguen reuniéndose a sus puertas.
Los católicos estadounidenses han jugado un papel imprescindible para que la sentencia fuera posible. Pero la Pontifica Academia para la Vida les pide que no renuncien al diálogo con quienes se oponen a esta decisión.
ARZ. VINCENZO PAGLIA
Presidente, Pontificia Academia para la Vida
Que la sentencia haya provocado un debate tan fuerte indica que este es un tema que interpela profundamente la conciencia de las personas y el tejido social. Es necesario seguir hablando de este tema del modo más calmado y pacífico posible. Sé que es muy difícil, pero el diálogo constructivo es esencial.
Me pregunto si esta se convertirá en una ocasión para reflexionar con mayor profundidad sobre un tema tan crucial.
El presidente de la Pontificia Academia para la Vida, el arzobispo Vincenzo Paglia, dice que uno de los efectos de esta sentencia es que impulsará a la sociedad a apoyar más a las mujeres y a luchar contra los factores que las empujaban al aborto.
ARZ. VINCENZO PAGLIA
Presidente, Pontificia Academia para la Vida
Se trata de despertar y mantener la responsabilidad de la sociedad ante los derechos de las mujeres. Su deseo de maternidad y promover las condiciones que se lo permitan a partir de la educación en la afectividad, cómo vivir la sexualidad siendo conscientes de todas sus implicaciones. Y cómo superar las desigualdades y las injusticias, a veces gravísimas, que favorecen la elección del aborto.
Pero por encima de todo, el presidente de la Pontificia Academia para la Vida insiste en que los católicos deben defender el derecho a la vida mucho más allá del aborto y asegurándose de que todas las personas viven con dignidad.
ARZ. VINCENZO PAGLIA
Presidente, Pontificia Academia para la Vida
Debemos luchar por esto, para que cada deseo de abortar se transforme en un posible deseo de embarazo. Pero también para que tener un arma sea lo más raro posible. Tener tantas armas a mano es una grave amenaza para la vida.
Que las vidas de las personas discapacitadas y los inmigrantes sean protegidas porque cada vida humana es preciosa a los ojos de Dios y para la Humanidad. Debemos luchar para que la pena de muerte se prohíba junto al aborto.
La semana pasada la Pontificia Academia para la Vida lanzó un comunicado de apoyo a la postura de los obispos americanos. Piden sanar las heridas que ha provocado la revocación del derecho constitucional a abortar. Y luchar por políticas que den a cada mujer “el apoyo y los recursos necesarios para que sus hijos nazcan en un mundo que los ame”.
JM
TR: RM