Este año el Papa no celebrará el Corpus Christi. El anuncio de la Sala Stampa vaticana no deja lugar a interpretaciones: el persistente dolor de rodilla que obliga al Papa Francisco a moverse en silla de ruedas es incompatible con la Misa y la tradicional procesión.
Técnicamente, el Papa Francisco no cancela la ceremonia, pues ésta no se había convocado. Pero sí es la primera vez que no participa en esta celebración anual, que el Vaticano fija el jueves siguiente a la Solemnidad de la Santísima Trinidad.
Los primeros años de su papado el Pontífice presidía una Misa en la explanada de la basílica de San Juan de Letrán, la catedral de Roma, pero ya antes de la pandemia decidió trasladar la eucaristía a una parroquia de la periferia romana.
El Pontífice también ha tenido que renunciar, siempre por razones de salud, al viaje previsto para primeros de julio a la República Democrática del Congo y Sudán del Sur.
La pregunta ahora es si sus médicos le desaconsejarán participar en las otras dos grandes ceremonias previstas este mes de junio: el sábado 25 para clausurar el Encuentro Mundial de las Familias; y otra, el 29 de junio, fiesta de San Pedro, para bendecir los palios de los obispos metropolitanos nombrados el último año.
RG
