El Papa Francisco ha continuado este miércoles su ciclo de catequesis sobre la vejez lamentado una cultura 'del descarte' que frecuentemente se aplica incluso a nuestros mayores.
Queridos hermanos y hermanas:
En la catequesis de hoy reflexionamos sobre la importante figura de un anciano del Nuevo Testamento: Nicodemo, a quien Jesús le dice que para “ver el Reino de Dios” hay que “renacer de lo alto”. Nicodemo no entiende sus palabras, y le plantea la imposibilidad de volver a nacer cuando uno ya es viejo. Pero Jesús se refiere a un nuevo nacimiento en el Espíritu, para el cual la ancianidad no es obstáculo, y a que nos dejemos abrazar por la ternura del amor creador de Dios.
En esta época que vivimos el mito de la eterna juventud es una obsesión. La vejez se desprecia,olvidando que la vida terrenal es un “inicio” y no una “conclusión”; caminamos hacia la eternidad.
En este camino, la fe nos permite “ver” el Reino de Dios. En este sentido, quienes atraviesan la etapa de la ancianidad pueden descubrir, a la luz del Evangelio, una nueva misión: ser signos e instrumentos del amor de Dios que señalan cuál es la meta definitiva a la que estamos llamados.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Los invito a releer el diálogo de Jesús con Nicodemo y a preguntarnos cómo estamos viviendo la llamada a “nacer de nuevo”. Pidamos al Señor que el Espíritu Santo nos haga transmisores de amor y esperanza para quienes nos rodean.
Que Dios los bendiga. Muchas gracias.