En Líbano y Siria las secuelas de los conflictos han agravado la tragedia de la guerra.
La hiperinflación, falta de empleo, desplazamientos y el hambre, han provocado un dramático incremento de pobreza, suicidios y también abusos a niños y mujeres.
Eso fue lo que afirmaron las religiosas que participaron en un encuentro virtual organizado por Ayuda a la Iglesia Necesitada. Allí explican que su labor es más difícil que nunca, aunque curiosamente pueden llegar a donde otros no pueden, porque al ser mujeres y religiosas, no se les considera una amenaza.
Cuentan que en Siria el sueldo de medio no alcanza para mantener una familia ni siquiera una semana y en Líbano la situación no es más alentadora. Se trata de una situación que preocupa al Papa, que quiere visitar el país aunque todavía no hay fecha.
FRANCISCO
“Debemos esforzarnos, trabajar, para fortalecer el Líbano, porque es un país, es un mensaje, pero también es una promesa.
Les aseguro mis oraciones, mi cercanía y también mi trabajo de hablar diplomáticamente con los países que pueden unirse al Líbano para ayudarlo a levantarse”.
La Fundación Pontificia “Ayuda a la Iglesia Necesitada” brinda asistencia a Siria y Líbano, financiando proyectos de reconstrucción de casas e iglesias, apoyo psicológico, económico y espiritual.
Estos programas, dirigidos por religiosas, son foco de esperanza para las familias en un lugar donde el sufrimiento se ha vuelto crónico.
MRR